Sandra Baraza Velasco. Fuenlabrada. Desde el Centro de Lanzamiento de Satélites Jiuquan, situado en el noroeste de China, despegó este jueves, el primer módulo del laboratorio espacial del país oriental, el Tiangong-1. El Tiangong-1 cuenta con una longitud de 10,4 metros, un diámetro de 3,35 metros y un espacio de
China tiene la clara intención de convertirse en el tercer país del mundo, tras Estados Unidos y Rusia, en operar con una estación espacial permanente. La previsión es que para 2020 el país cuente con una estación de 60 toneladas. Durante estos nueve años realizará diferentes pruebas y maniobras de acoplamiento para tener toda su maquinaria a prueba. Según el diseñador jefe del programa espacial del Tiangong-1, Zhou Jianping, “la intención final con el programa espacial es explorar recursos espaciales y usarlos para el bienestar de la humanidad".
Su nombre Tiangong-1 o "Palacio Celestial-1" habla de un hogar de ensueño que los chinos han anhelado desde hace tiempo en el cielo y ven con este enjambre espacial la capacidad de conquistarlo.
La contaminación de metales, residuos de pesticidas y enfermedades de plantas y cultivos también serán detectadas por el módulo espacial gracias a unas cámaras especiales que podrán tomar imágenes de las tierras de cultivo chinas, según informó el subjefe de diseño del Tiangong-1, Zhang Shancong.
Desde hace más de cincuenta años, China mantiene una fuerte investigación e inversión en el ámbito espacial. En 1970, China se convirtió en el quinto país del mundo en poner un satélite en órbita, el Dongfang Hong I destinado a experimentos científicos. En octubre de 2003, Yang Liwei se convierte en el primer astronauta chino que viaja al espacio.